Las
escuelas de hoy en día son cada vez más multiculturales y multilingües con
estudiantes de diversos orígenes sociales y económicos. Los educadores y las
agencias de la comunidad sirven a los estudiantes con diferentes motivaciones
para participar en el aprendizaje, comportarse positivamente y desempeñarse
académicamente. El aprendizaje social y emocional (SEL) proporciona una base
para un aprendizaje seguro y positivo y mejora la capacidad de los estudiantes
para lograr ganancia académica en los estudios, el trabajo y socialmente.
Las
investigaciones muestran que el SEL no sólo mejora el rendimiento en un
promedio de 11 puntos percentiles, sino que también aumenta los comportamientos
pro-sociales (como la amabilidad y el compartir), puede mejorar las actitudes
de los alumnos sobre el sistema educativo, disminuye los síntomas depresivos y
baja los niveles de estrés entre los estudiantes (Durlak et al, 2011). La
programación efectiva de aprendizaje social y emocional involucra prácticas
coordinadas en la sala de clases, en toda la comunidad escolar, sus hogares y
todo ente escolar que ayuda al alumno al desarrollo de las siguientes cinco
habilidades clave (Sánchez-Calleja, García-Jiménez y Rodríguez-Gómez, 2016):
1.
Autoconciencia
La
autoconciencia implica comprender las propias emociones, metas personales y
valores. Esto incluye evaluar con precisión las fortalezas y limitaciones de
uno, tener mentalidades positivas y poseer un sentido bien fundamentado de
autoeficacia y optimismo. Los altos niveles de autoconciencia ameritan la
competencia de identificar como el pensamiento, el sentimiento y la acción
están interconectadas.
2.
Manejo
personal - Autogestión
La
autogestión necesita que las destrezas y posturas que posibilitan la aptitud de
controlar las conductas y emociones. Esto implica la aptitud de retrasar la
gratificación, manejar la ansiedad, dominar los ímpetus y persistir a través de
los retos para lograr metas personales y educativas.
3.
Conciencia
Social
La
conciencia social implica las aptitudes de comprensión, experimentar la
benignidad por aquellos con distinta procedencia o formación. También conlleva
entender los estatutos de la sociedad para el comportamiento y reconocer los
recursos y apoyos del hogar, sus centros educativos y las comunidades
escolares.
4.
Habilidades
para relacionarse
Las
habilidades de relacionarse apoyan a los alumnos a instaurar y conservar
vínculos saludables y retribuciones, para conducirse armónicamente con la
sociedad. Estas aptitudes incluyen comunicarse claramente, escuchar activamente,
cooperar, resistir la presión social inapropiada, negociar el conflicto
constructivamente y buscar asistencia cuando aplique.
5.
Tomar
responsablemente las decisiones
El decidir
responsablemente incluye instruirse positivamente a hacer elecciones
constructivas acerca de la conducta propia y la interacción social en diversos
entornos. Requiere la capacidad de considerar estándares éticos, preocupaciones
de seguridad, normas de conducta precisas para los comportamientos de riesgo,
la salud y el bienestar de uno mismo y de los demás, y hacer una valoración
real de las implicaciones de las distintas acciones. El entorno escolar es el
principal sitio donde el alumno se instruye sobre las capacidades de carácter
social y emocional (Durlak et al., 2010, 2011):
•
Secuenciado:
conjunto de actividades coordinadas y coordinadas para fomentar el desarrollo
de habilidades
•
Activo:
formas que estimulen la enseñanza como ayuda al alumno para adquirir
capacidades innovadoras.
•
Enfocado:
realce en el aumento de capacidades personales y de carácter social.
•
Explícito:
apuntar habilidades sociales y emocionales específicas
Beneficios a corto y largo plazo del Aprendizaje Social y Emocional (SEL)
Los alumnos
logran mayor alcance en las instituciones educativas y con la vida social
cuando:
•
Conoce
y puede conducirse a sí mismo
•
Comprender
los puntos de vista de los otros y su relación efectiva con éstos
•
Toma
decisión acertada tanto social, como personalmente
Estas
habilidades sociales y emocionales son algunos de los resultados a corto plazo
de los estudiantes que promueven los programas de SEL (Durlak et al., 2011;
Farrington et al., 2012; Sklad et al., 2012). Otros beneficios incluyen actitudes
más positivas hacia uno mismo, otros y tareas, incluyendo mayor autoeficacia,
confianza, persistencia, empatía, conexión y compromiso con la escuela y un
sentido de propósito. Comportamientos
sociales más positivos y relaciones con compañeros y adultos. Problemas de conducta reducida y
comportamiento de riesgo; Disminución de
la angustia emocional. Mejor puntaje de
los exámenes, calificaciones y asistencia.
A largo plazo, una mayor competencia social y emocional puede aumentar
la probabilidad de graduarse de la escuela secundaria, la preparación para la
educación postsecundaria, el éxito profesional, las relaciones familiares y
laborales positivas, una mejor salud mental, una conducta criminal reducida y
la ciudadanía comprometida (Hawkins, Kosterman , Catalano, Hill, & Abbott,
2008, Jones, Greenberg, y Crowley, 2015).
Referencias
Durlak,
J.A., Weissberg, R.P., Dymnicki, A.B., Taylor, R.D., & Schellinger, K.B.
(2011). "The
impact
of enhancing students' social and emotional learning: A meta-analysis of
school-based universal interventions." Child Development, 82, pp.405-432.
Durlak,
J.A., Weissberg, R.P., & Pachan, M. (2010). "A meta-analysis of
after-school programs
that
seek to promote personal and social skills in children and adolescents."
American Journal of Community Psychology, 45, pp.294-309.
Hawkins,
J.D., Kosterman, R., Catalano, R.F., Hill, K.G., & Abbott, R.D. (2008).
"Effects of
social
development intervention in childhood 15 years later." Archives of
Pediatrics & Adolescent Medicine, 162(12), pp.1133-1141.
Jones,
D.E., Greenberg, M., & Crowley, M. (2015). "Early social-emotional
functioning and
public
health: The relationship between kindergarten social competence and future
wellness." American Journal of Public Health, 105(11), pp.2283-2290.
Sánchez-Calleja, Laura;
García-Jiménez, Eduardo & Rodríguez-Gómez, Gregorio (2016).
Evaluación del diseño del programa AedEM de Educación
Emocional para Educación Secundaria. RELIEVE, 22(2), art. 5. doi:
http://dx.doi.org/10.7203/relieve.22.2.9422
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