jueves, 14 de marzo de 2019

Perspectiva curricular y filosofías educativas en Puerto Rico


Filosofía Pragmática
            El pragmatismo es una filosofía educativa que dice que la educación debe ser acerca de la vida y el crecimiento (Appadurai, 1990). Es decir, los maestros deben enseñar a los estudiantes lo que es práctico para la vida y animarlos a convertirse en mejores personas. Muchos educadores famosos, incluyendo a John Dewey, eran pragmáticos (Carter & O'neill, 1995). Para los pragmáticos, sólo aquellas cosas que son experimentados u observados son reales. En la filosofía americana del siglo 19, la atención se centraba en la realidad de la experiencia. A diferencia de los realistas y racionalistas, los pragmáticos creen que la realidad está en constante cambio y que aprendemos mejor a través de la aplicación de nuestras experiencias y pensamientos sobre los problemas, a medida que surgen.  No hay verdad absoluta e inmutable, sino más bien, la verdad es lo que funciona. El pragmatismo se deriva de las enseñanzas de Charles Sanders Pierce, quien creía que el pensamiento debe producir la acción, en lugar de quedarse en la mente y conducir a la indecisión, (Clarke & Newman, 2000).
            John Dewey (1859-1952) aplicó la filosofía pragmatista en sus planteamientos progresistas. Él creía que los alumnos deben adaptarse a los demás y con su entorno. Las escuelas deben hacer hincapié en el tema de la experiencia social. Todo aprendizaje es dependiente del contexto de lugar, tiempo, y las circunstancias. Los diferentes grupos culturales y étnicos aprenden a trabajar en cooperación y contribuir a una sociedad democrática. El objetivo final es la creación de un nuevo orden social. El desarrollo del carácter se basa en la toma de decisiones en grupo a la luz de las consecuencias. Un ejemplo de esta filosofía sería cuando los métodos de enseñanza se centran en la práctica en la resolución de problemas, la experimentación y proyectos. Esto lo vemos cuando los estudiantes trabajan en grupos en los programas de maestría y doctorado en diversos centros universitarios de la nación. El currículo  de estos programas, debe traer las disciplinas en conjunto para centrarse en la resolución de problemas de manera interdisciplinaria. De este modo se pueden aplicar los conocimientos a situaciones reales a través de la investigación experimental. Esto prepara a los estudiantes para la ciudadanía, la vida diaria, y las carreras futuras.

Filosofía Esencialista
            El esencialismo es una filosofía centrada en el profesor que hace hincapié en la práctica rigurosa con los temas tradicionales: lectura, escritura, matemáticas y ciencias (Como dato curioso, estas son las materias que generalmente enfatizan los programas subsidiados por fondos federales). Un plan de estudios esencialista está estructurado para desarrollar la disciplina y una cultura común de conocimientos.  Los esencialistas creen que hay una base común de conocimientos que debe ser transmitida a los estudiantes de una manera sistemática y disciplinada. El énfasis en esta perspectiva conservadora está en los estándares intelectuales y morales que las escuelas deben enseñar. El núcleo del plan de estudios es el conocimiento y las habilidades esenciales y rigor académico. Bajo esta filosofía, la escolaridad debe ser práctica, sirve para la preparación de estudiantes para convertirse en miembros valiosos de la sociedad. Se centra en hechos y en la formación de estudiantes para leer, escribir, hablar y calcular con claridad y lógica. Las escuelas no deben tratar de establecer o influir en las políticas. A los estudiantes se les debe enseñar el trabajo duro, el respeto por la autoridad y la disciplina. Este enfoque prevalecía en la década de 1920 y 1930.  Algunos defensores de esencialismo son: James D. Koerner, HG Rickover, Paul Copperman y Theodore Sizer, (Stronach, 1993).
Filosofía Constructivista
El constructivismo consiste en observar y en estudiar científicamente.  Se basa en los modos en que la gente aprende. Es sabido que las personas desarrollan la comprensión propia y el saber del mundo, a través de las experiencias y la reflexión de ellas. Cada vez que hallamos cosas nuevas, reconciliamos las ideas y vivencias pasadas, esto cambia nuestras creencias, o quizás solo desecha los datos nuevos recibidos como menos importantes. De cualquier modo, somos pioneros activos del conocimiento propio. Por esto es que hacemos preguntas, exploramos y evaluamos todo aquello que ya hemos aprendido.  En la sala de clases, la visión constructivista apunta hacia distintas prácticas. Generalmente, es sinónimo de aliento a los alumnos para usar las experimentos, resolución de problemas del mundo real, para aumentar el aprendizaje y luego de la reflexión,  discutir acerca de lo que se ha hecho y el modo en que su conocimiento ha ido  cambiando. El maestro guía las actividades para enfrentar a los alumnos y luego construye el conocimiento sobre ello.
Definición de currículo.
Es difícil que lo definamos en palabras, porque el currículo es el plan de estudios hacia cualquier experiencia que impacte los alumnos. Se refiere a los medios y materiales con los que los estudiantes interactúan con el fin de lograr resultados educativos identificados, (Prensky, 2010). Es visto como un conjunto de experiencias planificadas al que se enfrentan los estudiantes en las salas de clases. Es en su esencia; cualquier experiencia que tenga el individuo, que lo lleve al aprendizaje.
Perspectiva curricular y comparación con los programas de transformación escolar implementados en Puerto Rico
Nos inclinamos hacia la filosofía constructivista.  Las tendencias pedagógicas en los programas de transformación escolar que operan actualmente en Puerto Rico están situadas bajo una filosofía constructivista del aprendizaje, (Glatthorn, Boschee, Whitehead & Boschee, 2016). Estas tendencias también demuestran la necesidad de reforzar los recursos curriculares en la educación especial, el desarrollo sostenible y campos relacionados con la investigación sobre planes de estudios y las teorías para que los estudiantes puedan examinar críticamente tanto sus experiencias, como las experiencias ajenas en su diario vivir.

Referencias
Appadurai, A. 1990. “Disjuncture and difference in the Global Cultural Economy”. In Global
Culture: nationalism, globalization and modernity (Special Issue of Theory, Culture and Society), Edited by: Featherstone, M. London: Sage.
Carter, D.S.G. and O'neill, M.H. 1995. International Perspectives on Educational Reform and
            Policy Implementation, Brighton: Falmer.
Clarke, J. and Newman, J. Managing to survive: dilemmas of changing organizational forms in
the public sector. Social Policy Association Conference. University of Nottingham. unpublished conference paper
Glatthorn, A. A., Boschee, F., Whitehead, B. M., & Boschee, B. F. (2016). Curriculum
leadership: Strategies for development and implementation (4th ed.). Los Angeles, CA: Sage Publications.
Prensky, M. (2010). Teaching digital natives: Partnering for real learning. Thousand Oaks, CA:
            Corwin.
Stronach, I. 1993. Education, vocationalism and economic recovery: the case against witchcraft.
            British Journal of Education and Work, 3: 5–31.


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